miércoles, 12 de octubre de 2016

Goba Haundi

Esta vez, y después de un largo parón veraniego, por distintos motivos, la salida la hacemos con el grupo, hacia la zona de Álava, limítrofe con Burgos. Vamos a visitar Goba Haundi. Nosotros fuimos por la  AP1 hasta Pancorbo, cerca de Miranda de Ebro, donde nos desviamos para coger un lió de carreteras autonómicas, que en realidad son la misma, pero esta es una zona donde los lindes debieron de dar bastantes quebraderos de cabeza, así comenzamos cogiendo como ya he dicho, en Pancorbo,  la BU525, para seguir por la A2122 y Lugo por la A2625, que enlaza con la BU556 y se funde nuevamente en la A2625 con destino Tertanga. No hacer mucho caso y seguir siempre la indicación a Orduña. Realmente lo que vamos a visitar se realiza en travesía entrando por Perilde,  Villalba de Losa (Burgos), y saliendo por Goba Haundi, Tertanga (Álava), pero como parece que no estaba muy clara la conexión y con alguna experiencia negativa por parte de algún miembro del grupo, decidimos no complicarnos a vida (sobre papel) y entrar por la salida y progresar hasta la conexión para una segunda vuelta.  El grupo lo componemos, Moreno, Ricardo, Nandy, Jose Mª G Casanova, Mar y yo. Dado que todos a excepción de nosotros dos van a dormir en sus furgonetas o coche, Mar y yo buscamos sitio por la zona de Villanañe, siendo finalmente el camping de esta localidad el elegido. Como daba lluvia, en último momento vimos que había cercano un albergue juvenil y albergue de peregrinos  y reservamos.  Este se encontraba situado en el Santuario del Angosto, donde pernoctamos solos sin que nadie nos molestase por 10 euros noche .Nos acercamos a Tertanga, localidad de Álava para recibir a los demás, pero finalmente solo pudimos ver a Moreno, con el que quedamos para el día siguiente en este mismo pueblo, que es desde donde parte el camino que sube a la cueva. Tras pasar por dos veces el puerto de Orduña con una niebla que no se veía a un metro, disfrutamos del silencio absoluto del monasterio. Quedamos a las 10 a.m. y nos reunimos el grupo al completo, empezando a subir a eso de las 11 por un camino que nos indica un lugareño y que no es exactamente el mismo que utilizaron en la anterior ocasión, pero que se acaba uniendo al anterior, ya que es seguir el cauce ahora semiseco del arroyo que baja de la montaña. Se va ascendiendo por una vereda marcada que atraviesa unas puertas metálicas y al poco se cruza el río. Se va suavemente ascendiendo hasta que la vereda principal se va hacia la derecha. En este punto, nosotros seguimos por la izquierda remontando el río y lo atravesaremos un poco más arriba. Hay que decir que este acceso esta previsto para hacerlo de bajada por el cañón rapelando ya que no tiene caminos bien marcados y la zona es peligrosa, teniendo algunos pasos expuestos que tuvimos que pasar agarrándonos a las hierbas hasta llegar al la cabecera de la cascada mayor, ahora seca, después de atravesar un pequeño bosque de avellanos silvestres. Desde este punto se asciende por el cauce subiendo entre piedras que parecen bloques de hielo y que nos hacen extremar la precaución. Al poco de subir nos encontramos con un resalte de unos 4 metros,  provisto de un cable oxidado y pelado en su parte baja. Moreno subió como pudo y puso una cuerda. Una vez superado, ya es ir ascendiendo hacia la gran boca que se encuentra en un metido de una pared extraplomada impresionante. En la boca dejamos parte del material, ya que no tenemos previsto la progresión vertical, y nos pusimos los monos de espeleo. Realmente no merece la pena llevarlos e ir desde el principio con el neopreno ya que es poco lo que vamos a avanzar sin mojarnos en la totalidad. Entramos sobre las 2 p.m. por la gigantesca boca de Goba Haundi (ED50 30T  496700 4757730 z 660),

La primera zona es un gran cañón que en este tiempo se encuentra prácticamente seco, para a medida que vamos avanzando, ir encontrando ya la erosión de golpes de gubia y zonas mas meandriformes muy erosionada que le dan un aire a la cueva del Níspero de Orbaneja del Castillo. En unos metros más allá, encontramos ya la zona inundada, donde nos pusimos los neoprenos, ya que va en aumento hasta los denominados Lagos, que tendremos que atravesar nadando. En esta estación no nadamos más allá de unos 15 metros o 20 metros. Seguimos avanzando ya por galerías secas y sin obstáculos, donde se van alternando amplios conductos de techos altos, con otros por los que tenemos que ir agachados, que como dijo algún compañero, eran el lugar ideal para las pruebas de casting del jorobado de Notre Dame. Avanzamos hasta una zona de gours blancos, donde poco más allá vemos una pintada que dice “Perilde desde 1987” o algo así. Hemos recorrido algo más de 2 Km. en línea recta y con un avance rápido, camino que desandaremos al poco de la pintada,  ya que hemos estipulado como hora de bajada del cañón las 5 de la tarde para hacerlo con luz. En total hemos estado dentro de la cueva 3 horas, y 3 horas de acceso a la boca. More y Ricardo avanzaron un poco más, hasta el sifón, que creen haber llegado, pero no al paso complicado. En otra ocasión. A las 5 estamos todos en la boca y empezamos el descenso resbalón tras resbalón, pero aliviados por pasar los pasos rapelando. En la cascada de 55 nos reunimos como podemos a la mitad, porque si bien hay sitio, la instalación adolece de reunión y tenemos que improvisar una, debido a lo resbaladizo del terreno. Vamos descendiendo poco  a poco, y con un último destrepe por una cuerda que se mimetiza con el color verdoso mohoso del entorno, dejamos la impresionante cascada. Descendemos esta vez por el cauce hasta el camino marcado, y ya cómodamente, casi todos, ya que el compañero JM G Casanova rompió la correa de una bota y acabó con la uña del pie ennegrecida,  recorremos los últimos metros comentando la jugada y confirmando las observaciones que hacen los de barranquismo.net sobre lo delicado de la aproximación.  Una vez cambiado, nos dirigimos a Orduña pera cenar y dar cuenta del único chuletón que quedaba. Una población que merece la pena visitar, aunque nos costó algo de trabajo poder cenar ya que nos marearon un poco de acá para allá hasta dar con un sitio. La gente por allí cena tarde y lo hace más de tomar algo ligero. Nos despedimos, y parte del grupo volvió a Tertanga para dormir y nosotros al albergue. Un gran día compartido con los compañeros y disfrutado, no exento de cierta tensión por la aproximación. La próxima vez, entraremos por Perilde.

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