sábado, 23 de septiembre de 2017

Travesía Ojáncano-Anjana

Una nueva aventura de la mano de miembros del SCC & Silex Team, en otro intento de atravesar las entrañas de la tierra recorrida por sus ríos subterráneos. En esta ocasión los espeleos somos María, Sonia y Julio por parte del SCC y Mar, Nandy, Pascual, JM G Casanova y yo por parte del Silex. Nos encontramos en Liérganes, residencia del Hombre Pez, apodo de Francisco dela Vega Casar. Interesante historia de la zona que merece la pena leer. Esta visita promete ser mitológica por todos sus costados, ya que Ojáncano y Anjana son también seres de la mitología cántabra.

Una vez tomamos el café preliminar, nos dirigimos hacia el Cubillo de Anjana, siguiendo la carretera Ca-260 que va de Liérganes a Mirones, y en el Pkm 6,8 y enfrente del desvío hacia Mortesante. encontramos una parada de autobús, en las proximidades de la cual aparcaremos el vehículo.

El sitio no tiene capacidad nada más que para de coches, si no se quiere invadir la parada de autobús.

Nos cambiamos lloviendo, en la caseta,  y por la carretera, deshacemos unos 70 metros el camino que traíamos, después de una curva que hay que ir con tiento ya que no te ven, encontramos la pequeña boca no visible desde abajo, que se sitúa a unos 4 metros sobre nuestras cabezas Datum WGS 84 30 T 442496 4795151. Sube Nandy y Julio y ponen una cuerda, ya que la rampa es empinada. La estrecha boca da acceso a un pasamanos de 2 metros que nos situa en la cabecera del primer p4. Una vez descendido hace su aparición el barro. Descendimos la rampa en dirección a la derecha por parecer la continuación evidente, teniendo que sacar la brújula y el plano, para cambiar radicalmente de dirección y proseguir rumbo Sur, destrepando bloques unos 40 metros. No tomaremos ninguna desviación. Llegaremos a un pasamanos descendente rumbo Oeste. Seguiremos pegados a la derecha hasta el final, donde giraremos a la izquierda entre bloques y siguiendo unos 10 metros, encontraremos un nuevo pasamanos que nos acerca a la cabecera del p8 que nos baja de nivel.

A partir de aquí, nosotros nos liamos ya que entramos por el laminador, y unos fueron al fondo de él, donde encontraron una cuerda que bajaronhastael río. Otros tomamos la gatera ascendente que hay a la derecha a unos 15 m, y que tiene una pequeña columna a la izquierda, como referencia, y que al final será el camino correcto. Al final todos entramos por aquí, pero nos volvimos a perder ya que una vez arriba, en vez de seguir subiendo un poco más y continuar la galería unos 150 metros rumbo Oeste, nos fuimos por lo evidente que era la dirección contraria, metiéndonos por una especie de ventana a la izquierda que nos llevo a una gran sala que destrepamos entre bloques para acabar a los pies del p8. Repetimos la operación, pero esta vez, en la dirección correcta, llegando a un caos de bloques que cierra la galería. Continuamos trepando por una galería que se abre a la izquierda y que esta marcada con hitos, para coger seguidamente, la segunda a la derecha. Unos 20 metros más adelante, destrepamos unos 2 metros a lo que parece un meandro fósil, tomando la dirección de la izquierda ya que la derecha se cierra. Seguimos el meandro, y en la primera curva pronunciada del mismo a derechas, Julio nos lleva a unas salas superiores con bellas formaciones de macarrones.

Al final del meandro encontramos el p10 que comunica con el río. Ya se le oye desde lejos y aquí paramos para tomar algo y revisar como baja el río. Yo bajo y tal como anticipaba el ruido, el río baja fuerte. Julio nos aconseja que mejor nos diéramos la vuelta, lo cierto es que si bien para arriba no parecía tan potente la carga de agua, la dirección que tenemos que llevar es la contraria, donde si se ve espuma, cascadas y rápidos. Luego comprobaremos en los arroyos de fuera que el agua baja inusualmente marrón y torrencial , cuando en principio no hemos visto grandes tormentas, pero si una constante lluvia desde la mañana.

Decidimos seguir el consejo de Julio y darmos la vuelta, saliendo tranquilamente ya que la cavidad si bien se habla de travesía, se encuentra completamente instalada.


Salimos aún lloviendo y  nos hicimos las fotos de rigor haciendo un poco el gamberro, hasta acabar finalmente en La Cavada cenando todos juntos. Un esplendido fin de semana aunque con la espina de no haber podido terminar la travesía. Volveremos.

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