sábado, 6 de enero de 2018

Torca CEZ

Con un ambiente invernal, salvo tal vez ,por no ser muy fría la mañana, habíamos quedado en el bar Casanova de Arredondo con María, única superviviente del SCC para esta salida. Después del café y pincho de tortilla (tiene fama), nos encaminas en esta húmeda y lluviosa mañana hacia Riva, por la CA-261 que va de Arredondo a Ramales. Nos desviamos a la izquierda en esta población y tomamos la carretera a Matienzo (CA-266).  A 1,11 km , nos  desviamos  a la izquierda por una pista asfaltada que lleva al Hoyo del Mortiro, que no son ni más ni menos que un conjunto de praos en medio de una enorme dolina arbórea. Seguimos el camino  hasta un ancho a la derecha donde dejamos el coche. Bajamos la pista hasta un prao que queda al frente y después de saltar la valla, caminamos por el lateral del mismo y  buscamos de frente un árbol delgado y alto, joven de unos 5 metros que nos indicara por donde volver a saltar la valla en dirección al monte. Subiremos unos 20 metros recto y luego tendente a los pinos que quedan un poco a la derecha otros 30 o 40 metros,  hasta dar con un pequeño cañón rocoso que se remonta y encima de estas paredes esta la sima (Datum WGS84 30 T 454351 4793302), que fue “descubierta” ( en su interior se encuentra una pintada que da nombre a la torca, datada en el 72) sobre 2009 por el grupo Lobetum de Cuenca. El desarrollo de esta Torca, la sitúa a 15 metros de la cueva del Coverón, perteneciendo con toda seguridad al mismo sistema hidrogeológico como explican en su publicación los Lobetum, sobre el karts de Riva-Ogarrio. Consiste en una raja en la dirección de la pared y un pozo de 5m que termina en un pequeño cono de derrubio que pondrá la cuerda perdida. Descendido este, nos deja en una blanquecina sala que se va hacia la izquierda, pero nosotros nos iremos a la derecha hasta un pequeño recodo donde veremos que el falso suelo tiene un agujero. Justo encima se encuentra el spit que nos permitirá descender el segundo pozo de 4 metros, que nos deja en una galería amplia que discurre al frente, atravesando varias cúpulas, cuyos conductos se expanden de forma lenticular. En el previo a la ventana con formaciones, (ventana del paraíso), que es por donde continua la cavidad, revisamos el ramal de la derecha entrando por un laminador vertical que se ensancha hasta un paso en el suelo que nos baja un metro y medio a una pequeña sala de techo bajo que seguiremos por la izquierda para salir a un conducto en cuya mitad sortearemos un pozo ciego y donde al remontar se encuentra un grupo de formaciones denominadas la Puerta Árabe ya que visto desde el principio de el tubo asemeja el contorno de una puerta.
Subimos a la ventana por una fácil trepada que no necesita material y pasamos con cuidado entre la cortina estalactitas y estalagmitas,  hasta salir a una sala amplia llena de gours, en su mayoría secos. Continuamos ascendiendo por la derecha, única opción,  hacia un paso soplador en la gran colada y que descendido, nos deja en un conducto freático a presión que será la galería principal y desde donde se irá bifurcando en algunos momentos de forma laberíntica, como será todo el sector de la derecha una vez pasada la Basílica, gran formación que queda metida un poco a la derecha de la vía principal. El sector de la izquierda, por decirlo de alguna forma nos llevará a través del pasillo de Sandra, a la sala de los Caracoles Blancos, por su techo que contiene formaciones blanquecinas que se les asemejan. Desde esta sala partirán dos ramales, uno, el de la izquierda, descendente,  que tiene pinta de llenarse de agua ya que el barro está fresco y cubre la totalidad del conducto, y el de la derecha que se va laminando hasta no poder progresar más.
Volvemos sobre nuestros pasos una vez explorada esta zona de la cavidad y continuando por el meandro principal llegamos a una de las salas más amplias y final de la cavidad, la sala del Derrumbe, con alguna formación. Desde este punto se puede volver por la vía que traíamos o bien ir hacia el laberinto. Después de infinitas vueltas por estrechos conductos meandriformes con suelo de arena, no fuimos capaces de dar con el e6 que conecta con la zona de la Basílica.
Bien pateada la cavidad, dimos media vuelta. Realmente el orden de exploración no fue el relatado, ya que fuimos de aquí para allá, pero lo relato intentando dar un poco de estructura por orden de aparición de las zonas.
Tomamos un poco de agua y vuelta. La cavidad te puede llevar de 1 a 3 horas, según quieras verlo todo. Nosotros las utilizamos completas y salimos a eso de las 3. Seguía medio chispeando y vuelta al coche.  Nos cambiamos corriendo, no por la lluvia, sino con la intención de que nos dieran de comer, y nos fuimos a Bustablado. Llegamos al bar de Evaristo sobre las 4 y pico, y estaba a tope. No nos pudieron atender, no por falta de ganas, sino de sitio. Nos fuimos al de al lado, que no recuerdo el nombre, pero que ahí si pudimos comer y comentar que se come tan bien como en el otro. Una sopa de picadillo calentita y una chuleta de ternera y huevos con torreznos nos repusieron con creces las calorías perdidas.

Besos y abrazos felicitándonos anticipadamente las fiestas y otro día disfrutado plenamente. La que tuvo más trabajo fue María que con la digestión en ciernes tuvo que subirse las Alisas ya de noche, camino de Santander. Desde aquí nuestro agradecimiento por su compañía.

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